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(51) mas peso , ni de mayor recomendacion, que las de los Vicarios de Jesu-Christo en sus Bulas Apostólicas. Pu- diera aquí verter singularísimos elogios, sacados de tan sagrados Archivos, pero lo dexo para los curiosos, que manejan el Bulario Romano : léase en el interin la Bula Benediétina ; que dexo traducida al núm. 42. Aho- ra para coronar- el presente asunto, no puedo menos de notar una singular gloria, que todos han admirado en la vida mortificada de los Capuchinos; y es la alegria espiritual , y regocijo que muestran estos venerables, Padres en medio desu austeridad, y : penitencia. Dos cosas (me decia un Caballero en la Europa) he observa- do siempre en los: Capuchinos , santidad agradable, y virtud caballerosa.. De suerte , que sin ser hazañeros,. unen con admirable vinculo la religiosa política con la, mas estrecha observancia. 76 Este harmonioso, y delicado método., propio, y peculiar de los Capuchinos , causa á todos los que en-. tran en sus Claustros suma edificacion , y alegria , des= truyendo con su agradable trato, y conversacion dis- creta la fantástica idea , que por su aspeéto .sério for-, man algunos , pareciéndoles ser intratables ,: rústicos, y groseros. No.es la virtud triste , ni tiene mala cara; y por-eso los Capuchinos , como tan exercitados en es- ta máxima , procuran desterrar de sus Claustros tan feo borron de la virtud con una muy particular criam= za , y esmerada educacion ; enseñando con esta admira= ble instruccion, y divina máxima , que la urbanidad modesta , y cortesanía religiosa , no estan reñidas cor la observancia mas rígida , y leyes mas estrechas ; antes bien son hermanas muy queridas, y se hallan juntas con vistoso enlace , adornando en gran parte la vida monástica, y religiosa. Basta por ahora , pues es pre- ciso dar debido lugar en la historia 4 la materia que se sigue.