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(21) para siempre tan alto ministerio en esta Sagrada Reli- gion; cuyo favor es el mayor que puede hacer un Pon- tífice. Los Predicadores Póntificios , que han llegado á mi noticia , son: once. 26 El V.P. Fr. Alonso Lobo , Predicador de Gre= grio XII. fue celebérrimo Orador ; y por sus singulares virtudes muy amado de S. Felipe Neri, y de S. Carlos Borromeo.: Véanse sus elogios en Moreri , verbo L. 27 11, El P. Fr. Anselmo: de Monópoli , Cardenal, Predicador de Clemente VIII. y Príncipe de todos los Oradores de Italia. Su portentosa Vida, llena de méri- tos, y virtudes , dió á la prensa el P. Fr. Benito de $. Be- nedicto, 28 111. El celebérrimo P. Fr. Gerónymo de Narni, Predicador de Paulo V. Gregorio XIII. y Urbano VII, fue tan famoso Predicador , que en sentencia de todos los hombres erudítos de aquella edad ,no tuvo semejan- xe en la Oratoria. Tal .era la. fama de este célebre Ca- puchino , que predicando en Roma , aun: antes de ser Predicador Pontificio , concurrian en gran número .1os Cardenales para oirle; y hubo ocasion que asistieron veinte y dos , sin otros Príncipes , Prelados , y Em- bajadores. Quando predicaba en la Capilla Pontificia, era tan numeroso el concurso de Prelados , y Monseño- res , que se llenaba tres horas antes de empezar 3 y con tanto aprieto, que una vez estuvo para ahogarse el Cardenal Torres: y el Médico del Cardenal de Saboya murió atropellado entre las gentes. De suerte que era comun . proloquio , que: para oir al Padre Narni era Preciso exponerse á morir. Por esto se tomafonh varias providencias en la Capilla Pontificia. El Embajador de Francia consiguió licencia de Su Santidad para labrar una Tribuna , donde sin. peligro. pudiese oir los ser- mones. 29 Para: calificar de grande á este famoso Capuchí- no, basta el elogio de tres insignísimos sugetos. Sea el primero el Venerable , y Eminentísimo Cardenal Belar- mino. Este santo, y erudito Prelado decia: Que sí S. Pa blo