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POR LA TARDE. 3 res de la Fé, Sol de el Mundo, sal de la tierra; y para decirlo céh'_mas' propriedad , unos hombres en la naturaleza húmanos, y en la gracia, y virud An- gelicales y hombres de orden inferior a Dios, y supe- riores 4 todos los otros , tanto mas , quanto exceden los ¡Astros á las plantas. A esta superioridad son ele- vados , y en esta gerarquia son constituidos por el su- blime caraíter de sus Ordenes. 4 ¿A esta dignidad , pues y 4 esta grandeza se ha de sublimar alguno por su proprio arbitrio? ¿Se ha de distribuir. esta: dichosa suerte por fortuna?-¿O se ha de arrebatar la Sobrepelliz, la Estola por astucia? ¿En los empleos politicos-no.se ha de entrar sin vocacion de Dios, y se entrará en los Eclesiasticos sin llama- miento de su Magestad ? ¿No era licito , sopena de la vida , entrar en la Camara del Rey Asuero sin ser lla- mados de él expresamente, y lo:será entrar hasta el San- ta Santtorum , en el Santuario de el Supremo Rey , sin un llamamiento muy particular? ¿Sin él se ha de echar el hombre sobre sí una carga , aun A los Angelicos hombros formidable , como dice él Concilio Triden= tino? (21) Locura mas , que ignorancia. fuéra ,-aun pensarlo solamente. á 5 - No supo el demonio tentar mas altamente á Chris- to Señor muestro ,. que subiendole al Pinaculo de el Templo '; ni pudiera tentarsé' alguno A sí mismo mas furiosamente ¿que subiendo» las gradas de el Santuario por su proptio- espiritu: ;- porque esto», nó tanto sería exponerse al precipicio, quanto precipitarse formalmen- te. Y sin embargo, ¡oh alucinacion! Oh ceguedad de los ignorantes hijos de los hombres! Que , como llo- D3 ra 21) Concil. Tridentin. Sess. 6. cap. 1. de Reform.

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