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e POR LA TARDE. 47 cerlo? ¿Entré,en él con deseo fervoroso de vivir muer- to al mundo , y hecho un hombre nuevo , segregado de todo negocio temporal , y todo entregado al servi- cio de la Iglesia , al estudio de las letras sagradas , y al socorro espiritual de las almas de mis proximos? 3 ¡Oh, y qué fines tan distintos me movieron á ordenarme yo , pues solo puse la mira en el descanso, en el honor , en la comodidad , y en las utilidades que pensaba tener si'me ordenaba! Yo miserable , no atendia mas que á tomar un modo de vivir honroso, en que lo pase con decencia ,Ó con abundancia ; y por esto quando , por ventura ¿ me debí aplicar á al- gun oficio honesto , para ganar de comer sin riesgo de condenacion , me apliqué con manifiesto peligro de mi alma A los estudios para Clerigo , porque mis padres me lo aconsejaron , porque me vino una Capellania, por complacer 4 mis parientes , Ó porque asi gozaria de mas libertad. 4 Siendo esto asi , como lo es , y mi misma concien- cia me lo está diítando , ¿cómo no temeré con San Bernardo (19) mi condenación? ¿Cómo no reconoceré el gran peligro en que vivo , de perderme ?¡ Ay de mil y ¡ay de los que como yo se ordenan , sin tener pre» sente ni lo sublime de el estado , ni los cargos que con él se toman , ni la cuenta rigurosa que han de dár a Dios! Y lo peor es , que yo, no solo no tuve esto presente al ordenarme , sino que aun ignoraba las obligaciones anexas al Sagrado Orden. ¡Oh , temeri- dad , por no decir locura , la mia , en exponerme un riesgo evidente de condenacion! 5 - ¿Qué será , pues , Dios mio, de este Clerigo, Y que (19) D, Bernard. supra num. 6.