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POR LA MAÑANA. 27 10 ¡Oh, que aun ordenado ya y y yá provecto,, no trato de oracion y quanto mas de joven , y-antes de ordenarme! No puede, ni quiero' negar esta verdad, que Dios vé, y testifica mi conciencia. Yo'; 'seriamen- te por lo menos, jamás traté este punto con Dios nues- tro Señor , ni consulté con otro , que con el deseo que tenia de ordenarme , por los fines que consideraré des- pues. Yo , miserable , solo miraba A acelerar él tiem= po de ordenarme, sin mirar , que , acaso, seria para mas perderme ¿ y asi tomaba: para ello quantos arbi- trios se me presentaban, aun sin pararme en que eran iniquos muchos de ellos , pues busqué testigos falsos que jurasen ser congrua-,- sin serlo; mi Capellania. Yo ( ¡ay de mí!) sobornaba , engañaba, mentia , y solo miraba a conseguir los Ordenes. 11 “¿Y ya que formalmente no examiné mi yoca- cion , seguía siquiera una conduíta propria de quien aspiraba 4 consagrarse á- Dios? ; Vivia recogido. en algun Seminario Conciliar ,0:en casa de algun Prela- do vigilante, donde me dedicaba al estudio! de: la mo- ral , las ceremonias Eclesiasticas? 81c. ¿ Asistia A la Iglesia? ¿ministraba en ella 4 los Sacerdotes? ¿ huía de los tratos , y diversiones impropias de el estado? y en fin, ¿podrá la misma vida que seguia yo ser cla» ro indicio de mi vocacion? ¡ Al, que siempre viví da- do al ocio, y a la libertad! El estudio me servia so- lo de pretexto para ociar ; y asivapenas leía mas libros que comedias, novelas ,: y. aquellos que me entretenian, mientras no lograba de otra diversion, aunque tal vez fuese la mas agena de el estado , como el teatro , el bayle, el juego, y aun las conversaciones mas vanas, por na decir obscenas , que buscaba yo mismo de con- tino. Pues