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DELOS EYERCICIOS. 439 y parado en la carrera de los: vicios; si Ipor io: per=: severar enla virtud , vinieron despues 4 árder «en eb infierno? ¿Qué «afanes no sentirán alli los miserables; al ver:que habiendo ya hecho lo mas en empezar , y ars reglar su vida 4 las obligaciones de su estado,:les falx taba lo menos, que:era proseguir, acaso muy-poco tiem= po'y este camino, y por no haber tenido un ¡pocó de eonstancia., se hizo su mal irremediable? Escarmienta en ellos , y puesto que en los Exercicios has emprena dido: una vida propria de Eclesiastico, continúa vivien. do como tal , y guardate mucho: de volver:á la vida aseglarada que llevabas : pues entonces estos mismos Exercicios,-tus' propositosy'"tus lagrimas , y resolucio- nes serán para tí argumentos de condenacion el dia de et Juicio : porque asi como has podido estos diez dias vivir Casto, retirado ,-dedicado'á la oracion: como buen Clerigo , y buen Sacerdote ; puedes tambien Continuar, si tú quisieres , hasta conseguir la perfeccion de el Cle- ricato. 9 Pondera , que si afloxares en el fervor empeza- do en estos Exercicios , no puedes prudentemente pro- meterte que volverás a él en otros: porque esta gracia que ahora te ha hecho Dios , puede ser sea la ultima , y si la malogras , acaso te abandonará , y dexará- morir, y vivir en tus pecados; pena debida á una alma ingra- ta , que despues de recibido tanto beneficio , abusa de él. ¡Oh , qué verdad tan cierta , y temible es esta pa= ra mí, Dios mio! Yo pensaba que no habia otra cosa que temer , que los pecados cometidos ; mas ahora creo que debo temer aun mucho mas el mal uso , ú abuso de la gracia recibida en estos Exercicios: porque si no me aprovecho de ella ¿qué será de mi? ¡Oh , que me falta la esperanza de obtener otra gracia semejante, y -£ Ec 4 me