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POR LA TARDE. 363 bor el acordarme de ellas. Sin embargó , confesaré aho- ra A los pies de Jesu Christo mis defeétos con sinceri. dad , para alcanzar de él misericordia , y desengañar 2 otros Clerigos jovenes tan relaxados como yo. 8 En quanto á lo primero , no puedo dexar de con- fesar y que no he tenido otro fin en mis inmoderados entretenimientos, que complacer a los sentidos, dexan- dome arrastrar de el apetito que tengo a ociar , y hol- gar continuamente. Quando con mas inocencia he pro- cedido, no he llevado mal fin en divertirme; ¿pero cuidar de que ésta con las demás acciones de mi vida fuesen positivamente dirigidas á gloria de Dios, y san. tos:fines , como San Pablo encarga A-todos los Chris- tianos? Eso , creo que jamás lo he procurado. Consi- guientemente no me he parado á discernir , si la mate- ria , O acciones de mi diversion eran honestas , 0 inde- centes. Si el tiempo en que me divertia era tiempo de llorar , d de reir. Si debia ser a tales , 0 tales horas la diversion : gastar tanto , Ó quanto tiempo en ella, 8ic, y asi no reparaba que el juego fuese vedado para mí : que la caza me fuese prohibida , endía de fiesta, 9 de trabajo ; por la mañana ,.0 por la tarde : quan- do concurria el Pueblo A la Parfoquia , Ó quando no: que fuese moderado , ú mucho el tiempo que gastaba en ella, 81c. porque jamás habia leído hasta'ahora-lo queen este punto dicen el Concilio Aquilense, el Aga- tense', ni lo que ordenan los Canones Sagrados en el Deteeho 3 ni tenia presente , que y como dice el Papa Inocencio : No leemos que algun Santo haya sido en la Iglesia cazador. Yo pensaba que obraba santamente, solo porque mientras andaba en cazerías y no tenia pen- samieñtós contra castidad. 9 ¡Mas ay de mí! que aunque dos tenia ¿uy sabe Dios

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