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a 26 DIA SEPTIMO debe ser tan grave , como de esto mismo se colige ; y mo basta que haya de hecho justa causa para dexar al- guna parie de el Oficio , aunque sea la mayor, para que no estemos obligados a rezar las otras partes, aun- que sea una hora menor sola , que podamos , sopena de culpa, y restitucion. 3 ¡Oh, qué obligacion tan grave de mi estado! Y ¡oh , qué poca reflexion que he hecho en ella 5 pues solo por mera floxedad , por ir a caza , Ó por no an- tícipaf el Oficio Divino a los caminos , he dexado al- gunas veces el rezo voluntariamente! ¿Y es posible que haya llegado A tanto mi temeridad , que por ño tener un poco de“trabajo me haya expuesto a perder á Dios eternamente , y haya perdido ea efeéto su divina gra- cia? ¿Posible es , que aun siendo tan codicioso como soy , haya perdido tantas veces el derecho a las ren- tas de mi Capellania por desidia? ¿Y que ya que por pereza cometí 'el pecado , me he estado tanto tiempo sin restituir con frívolos pretextos , prolongando mi culpa mas y mas y con una conciencia encallecida , que ni te- me á Dios, ni se acuerda de el juicio que le espera? ¿Oh , qué lofura! ¡qué desvario ! ¡qué engaño ha sido el mio! Mas quando , por la misericordia de Dios , no haya dexado el rezo voluntariamente , no puedo dexar de conocer ahora , que muchas , O las mas veces que le he omitido por leves indisposiciones , he quebrantado realmente este precepto , por mas qué mi amor proprio me cohonestase la omision entonces: pues solo por una indisposicion pequeña de cabeza : por un poco de des- tilacion al pecho : por una fluxioncilla a los oidos , 0 A los ojos 3 Ó una mala noche , me daba por eximido de esta obligacion, y no rezaba aun lo que sabía de me-

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