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a o” " Era AA 33 E iS POR LA TARDE. 329 to nuestro Redentor? ¿Que el adulterio es pecado mor- tal? ¿entienden -esto de raiz? ¿Lo entienden», digo , has- ta hacer un concepto adequado , y claro , en quanto pue- den con la fé , de ello? Pensareis que sí 3 pero yo Os di- go abiertamente con respeto , que: 0S engañais , Os enga- ñais, os engañais. Quién ha dicho , que si á fondo, y con aquella claridad , en que pueden con la asistencia de la gracia , entender estas, y las demás verdades los Christianos, las comprehendieran , y entendieran de he- cho 3 haciendo digno concepto de la verdad de estar en el Augusto Sacramento Christo nuestro Redentor: quién es este Christo :; quál su grandeza y su poder, su perfec» cion , su dignacion , y amor para Con. su propria alma: ¿estuvieran con tan poco respeto en su presencia? ¿Le recibieran sacrilegamente , y le ultrajáran? Lo bacen ,SÁ5 pero por ignorancia : porque no entienden adequadamen- te esta verdad : porque , como decia David : Diminute sunt veritates a filijs bominum : hacen un concepto dimi- nuto , y muy superficial de ello. 23 Yo , Señores, estoy firmemente persuadido, que de veinte adulteros , por exen plo y aun nó cometiera uno el adulterio , si habitualmente estuviera instruido su en- tendimiento en modo, que aétualmente al tiempo de la tentacion aprehendiera con viveza su enormedad , y su malicia, con las funestas consequencias que trae para su alma en lo presente, y las funestisimas que puede acar- rearle para lo futuro. Es engaño , digo , pensar que si solo esto' supieran bien sabido , teniendo bien a fondo penetradas estas primeras verdades de la Fé , cometie= ran , aun pocos , tales culpas. Luego el estar:tan relaxa- das las costumbres , proviene , en gran parte , de la omi- sion de-los-Sacerdotes en educar los Fieles, imprimien- do las verdades en sy entendimiento, y en su Corazon,