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308 DIA SEXTO ¿Cómo me porto en uno , y otro? ¡Oh , y lo que ten- go que examinarme eh estos dos puntos! Vamos por partes para que no nos confundamos. 2: ¿Soy freqiente en' el Confesonario , oyendo en él con caridad a todos indistintamente , hombres , Ó mugeres , grandes , 0 pequeños , sabios, 0 ignorantes? ¿Me paro A dar instrucciones pias á los pecadores , pa- ra que no recaygan en las culpas ; y á los justos , pa- ra que vayan aprovechando en la virtud? ¿Muevo a to- dos eficazmente á contricion, antes de darles la absolu- ción de los pecados? ¿Soy Juez imparcial en absolver? ¿Medico diestro en medicinar? ¿Maestro sabio en ense- ñar , y padre amoroso en 'amonestar , corregir , y re- prehender? Y en fin, ¿confieso con zelo sincero de sal- var las almas , obrando A este fin en absolver , 0 no, consultando en las dudas a los hombres doétos? ¿O'soy de aquellos que luego resuelven por sí como Maestros “en los casos arduos , siendo unos pobres moralístas , que apenas saben las materias comunes , y triviales? 3 ¡Ay de mí , si asistiendo al Confesonario huyo de confesar A los idiotas , y gusto de confesar a las “mugeres : A los que me dán limosnas de Misas, ó re- galan , dexando a los otros tristes , y desconsolados! ¡A y de mí, si con todos ño me porto con la debida madu- rez , desinteres , zelo, y pureza! ¡Si por rigorista de- xo de absolver á alguno bien dispuesto ; Ó por excesi- vamente indulgente absuelvo A bulto , como dicen , y sin distincion A quantos vienen, usando siempre la lla- ye para abrir , y nunca jamás para cerrar! ¡Ay de mí, “si por abreviar», no doy las instrucciones necesarias a los penitentes! ¡Y ay de mí , finalmente , si con pretex- to de no tomar cargos de conciencia, me retiro de el Confesonario : pues como nota el Ilustrisimo Valero, (19)

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