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POR LA MAÑANA. 209 finido por la Madre Iglesia. Si yo; pues, llegando a producir teologicamente mi sentir en vuestra presencia venerable , digo abiertamente que no basta 4 un Confe- sor saberlas : temo me delaten la proposicion por arro= jada , y temeraria , como contraria al comun sentir de los Doétores , de que aun Teologos de otro caraéter, que yo soy, no deben apartarse. Si con ellos digo que es bastante, y que con solo saber las materias MMSIMDA= das , puede un Confesor confesar sin pecado grandes ni pequeño ; antes sí con gloria de Dios, merito suyo $ utl- lidad de el penitente , y buen servicio de la Santa Igle- sia , que es lo que vamos inquiriendo ; iré contra lo mis- mo que me diéta evidentemente la razon, lo qual seria mentir , que en este puesto fuera un enorme sacrilegio. 16 Sin embargo , espero hallar salida franca en es- te laberinto , en que me ha metido el deseo de desen- gañar a muchos Confesores , solo con hacer presente á vuestra «discrecion , que una cosa es saber las materias comunes de la Moral en modo que seguramente dirija su luz al Confesor á confesar , de forma que de el exercicio de su alto ministerio resulte real , y verdaderamente la gloria de Dios nuestro Señor , y efeítiva utilidad de los penitentes 3 y otra saberlas con una ciencia cuyo uso, ni produzca la utilidad efceftiva de los penitentes , ni la gloria de su Magestad. Si la ciencia , pues , de el Con- fesor es de el primer modo : basta se extienda á saber las materias comunes de la Moral ; aunque no sea tan sóli- da y y profundamente , que por sí solo , y sin 3uxilio de libros , y consultas con los hombres doétos , pueda re- solver las dudas dificultosas , y extraordinarias que le ocurran ; porque suelen á veces ser tan arduas, que ni aun en la escuela pueden los doétos resolverlas : y en es- te sentido me conformo con lo qué los Teologos juicio= S08