BCCPAM000537-2-13000000000000

POR LA TARDE. 261 destia escandalosa , mirando para todas partes 3 y aun haciendo señas A mugeres , como si estuviera en medio de la plaza, 0 fuese algun Soldado disiraido ? ¿Ten- go , por Eclesiastico , algun privilegio. para esto ? ¿0, serán menos reprehensibles en los Eclesiasticos las ¡n- modestias en el Templo , que en los seglares son abo= minables? ¡Oh , qué locura! ¡qué necedad |! quando sia duda son en nosotros graves muchas veces , aun las le- ves, como nos advierte el Concilio Tridentino. (41) 9 ¿De dónde , pues , he venido yo á tanto atrevi- miento , que en su mismo Templo., á:su vista , y en su misma cara haga tales desacatos a mi Dios? ¿Cómo, quando obraba con tal descomedimiento á vista de el Arca de el Nuevo Testamento , no temía la ira de el Dios de los Exercitos , y que su Angel exterminador executase en mí un castigo como el de Oza , el de Da- tán , Abiron , y. otros , que nos ponen por exemplo las Sagradas Letras? ¡Oh , que todo. mi atrevimento ha provenido de falta de reflexion de lo que creo! De no considerar la Magestad de Dios , que habita en las Igle= sias. Han faltado en mí las reflexiones sobre las verda- des de la Fé; y la misma Fé se ha ido resfriando en "mí , conforme ha ido faltando el pávulo de la conside racion. De aqui me ha procedido el mal. De aqui ha nacido esta dureza de corazon , y sequedad de espiri- tu con que entro , y estoy en el Sagrado Templo , sin distinguir la santidad de aquel lugar Sagrado , de qual- quiera otro profano. Por esta causa voy á la Iglesia unas veces por sola costumbre, otras por el interés de la dis- tribucion , y casi todas estoy en ella sin consideracion, sin (4) Levia etiam delifla , que in ipsis maxima essent , cfugianta Concil, Trident. sess, 22. Cap. t.