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250 DIA QUINTO gerilmente el pelo. Los que andan con pasos afeótada- mente acompasados. Los que en la pronunciacion Ce- cean fingida , y estudiosamente : y cosas semejantes in- dignas de unos Ministros de el Altisimo. Los que se presentan en la calle, en el paseo, en las plazas ,'y. aun en la Iglésia , (y Dios quiera que alguno no. sea aun exerciendo los Sagrados Ministerios) sin compos- tura , Con los ojos libres , el cuello erguido, los bra- zos sueltos, y todo el exterior sin disciplina ; cosa que aun A los jovenes gentiles reprehenden los Eilosofos mo- rales. 23 Tambien por el extremo opuesto suelen ser es- candalo , desprecio, y aun irrision de los seglares cier- tos Clerigos , que se presentan notablemente indecentes en los santos habitos , que traen rotos , sucios, asque- rosos , dando ocasion al vulgo maldiciente , A que des- precie su caraéter , llamandolos tunos , sopalandras , y dióterios tales , que ceden en desprecio de el estado, y en ello pecan los seglares , causando su culpa tales Clerigos. 24 Aunque el exterior de el Eclesiastico sea , co- mo he dicho, lo. primero en que ponen los ojos los seglares; las palabras son a lo que mas atienden en los Clerigos : porque estas son las que hacen mas notorio el vicio ,0 la virtud de el alma: y asi son las que prin» cipalmente ha de moderar en nosotros la modestia , si no hemos de destruir con el escandalo la Iglesia , en vez de edificarla con el buen exemplo. Por esta causa escandalizan , lo segundo , 4 los Fieles , aquellos Ecle- siasticos chocarreros, bufones, truanes, habladores , qué A titulo de pasatiempo , y aun bautizandolo con nom= bre de eutropelia, satyrizan en sus conversaciones a los proximos, murmuran de ellos ; y aun no se averguen- zan