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A o train / | ' | 274 DIA QUINTO marse con las costumbres de los otros , quando son mo- rigeradas y honestas , y virtuosas ¿ no quando se apar- tan de el Derecho , y las reprueban los piadosos. No busquemos frivolas escusas , alma mia ; porque , como arguye San Bernardo : (12) Nadie se viste preciosa, cu- rivsa, y ricamente , (como yo) sino donde le yean y y miren los demás : Luego es por vanagloria ¿ y para ser mas estimado , procura vestirse con mayor aliño , lo qual , en toda buena Teologia , es culpa. Esta conse- quencia no la puedo yo negar: porque aunque no la hu- biera inferido el Santo Padre, la testifica mi conciencia: y me maravilla ahora , y llena de rubor el ver, que no la haya inferido yo hasta hoy : ni me haya avergonza- do de andar , casi siempre en habito seglar , dexando el talar , y proprio de mi estado , por andar mas bizar- ra , y desembarazadamente , sin reflexionar, que mu- chios , y gravisimos Autores lo condenan A pecado grave. 8 Ya, Señor , conozco mi relaxacion 2 vuestra luz, y oygo el consejo de el Eclesiastico, que dice : (13) In vestitu ne glorieris unquam. Detesto á vuestros pies la «curiosidad , superfluidad, y vanidad con que he vestido hasta ahora ¿ y aunque no vestiré en modo , que séa riz diculo , O viciosamente singular en adelante 3 me con- tentaré con lo decente , y moderado , como me ordenan los Concilios. Desde hoy mismo me desharé de las co- "saside oro , plata , seda, y telas preciosas , que usaba en -mis vestidos y dando A los pobres de limosna , en satis- facción de mi pecado , quanto halláre en mi casa para mi (12) Nemo vult prerioris vestibus indui, nisi ubi ab alyjs possis 'videri, Ergo pro vana gloria, D. Bernard. de modo bene vivend. serm, 9. (13) “Reclesiastic. cap. tr.