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A 4 o A e 176 Dia QUARTO s lograr esa gracia con efeéto. Y lo quarto : Consideraré la obligacion que tengo de orar por todo el pueblo, como medianero entre él, y Dios nuestro Señor y que soy , por Sacerdote. Aquel Señor. , que hace resplan- decer la luz de las tinieblas , haga que las de la noche en que me hallo , alumbren la obscuridad de mi con- ciencia. : PUNTO PRIMERO. Sobre la necesidad de bacer Oracion mental "que tiene el Eclesiastico. 2 Considera los peligros de caer, aun en gra- visimos pecados, en que vivimos todos desde aquellas quatro heridas en que incurrimos por la primer culpa, de que emana una continua reveldia con que bate al espiritu la carne , para atraerle 4 lo deleytable , y con- trario A la Divina Ley. Mirate , alma mia , no solo expuesta A caer por este comun riesgo 3 sino tambien por la particular flaqueza Que en tí hay , originada de los malos habitos que has adquirido con tu conduéta relaxada. Repara tus pasiones dominantes , tus apetitos sin freno : tu razon obscurecida : tu voluntad apegada A lo sensible ; y toda tú rodeada de tanto mas fre- quentes , y graves ocasiones de caer en culpa , quanto las obligaciones de tu estado son mayores : y dime ahora: 3 ¿Cómo podrás librarte de caer? No, ciertamen= te, de otro modo , que teniendo aquella particular pro- teccioñ , excitación , y direccion de la divina gracia, con que Dios lleva A los justos por las sendas reótas. ¿Y cómo conseguirás vivir en esta proteccion de Dios de el Cielo acá en la tierra , sino con la Oracion pa tal,