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POR LA TARDE. 167 los negocios de su casa? Y finalmente : ¿Qué sacrile- gio será el de aquellos otros Sacerdotes tibios , que lle- nos de pecados veniales , cargados de habitos viciosos de ellos; y dun“acaso acabando de pecar mortalmente la noche antes , se atreven, con sola una confesion, (das do que en las circunstancias sea suficiente a obtener la divina gracia con efeéto) a llegar: a: ofrecer al Eterno Padre el santo Sacrificio de la Misa 3 y dár.en- él os- culos de paz A nuestro amorosisimo Redentor con unas bocas inmundas , y humeando , digamoslo asi ,' lasci- bia , avaricia , y otros muchos vicios? 18, ¿Podrémos llamar “con apropriado. nombre , le- yes estas culpas? ¿estos sacrilegios?' ¿Pues a quién no asombra aquella confianza” temeraria con que algunos llegan al sagrado Altar, contentos con decir , despues de todo esto: No reconozco , por la misericordia de: Dios", pecado mortal en mi conciencia ? ¿ Y qué, esá tibieza , esa falta de disposicion ; y+reverencia con que. habitualmente dices Misa , es nada? ¿Es', en sí mirada, cosa leve? ¡Oh alucinacion! ¡Oh ceguedad , en que por no meditar seriamente la pureza, y santidad con que debemos comulgar , y decir Misa , tratamos los mismos Ministros' tab sagrada accion ; habiendonos “hécho:,-no solo semejantes , sino aun mas ignorantes que Jos-wmis- mos: brutos : pues ellos conocen siquiera el pesebre de su Señor; pero nosotros , Sacerdotes y y Sabios. de la Ley, hinchados, y llenos de sobervia , aun no cono= ceníos al mismo “Señor” de las alturas , a quien osada=, mente tenemos en las manos! : j L4 TER-