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134 DIA TERCERO bilidades , como de certezas de la Theología , expli= caré mi, sentir quanto pueda en modo y, que aun los Candidatos puedan entenderme ; y para ello hablaré de tres disposiciones , -antecedente , concomitante , y subsiguiente , inquiriendo lo que debe hacer el Sacer- dote (y á proporcion el no Sacerdote que comulga) antes de llegar al Sacrosanto Altar: lo que debe exe- cutar en él, y lo que ha de hacer despues de haber sacrificado y para que su Sacrificio sea santo en el modo dicho. PARTE PRIMERA. 3 En dos tiempos podemos mirar al Sacerdote an= tes de llegar al sacrosanto Altar: En el inmediato al Sacrificio , y en el remoto. En aquel en que ya em- pieza á poner los medios inmediatos para celebrar el santo Sacrificio de la Misa , y en el que, aunque es- tá con intencion de celebrar , siempre que deba por lo menos , (que a mi juicio , dexando en el suyo A cada uno, será una vez cada semana; pues de cada una reser- va Dios un dia parasí , y en él nos manda que le de= mos culto) no trata de decir Misa por ahora. Si en este tiempo remoto le miramos, debe vivir el Sacer- dote con tal pureza , y emplearse en acciones, y obras tales , que no le hayan de ser impeditivas moralmen= te de la* deyocion , recogimiento y y culto con que A su tiempo debe decir Misa. 6 Esta conclusion asi explicada , no la hallo for- mal , y expresa en ningun Teologo; pero se infiere claramente , ya de la eminente santidad , que para es- te fin: principalmente , debe tener el Sacerdote3 y ya de

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