BCCPAM000537-2-13000000000000

POR LA MAÑANA. 120 mis manos: y yo, ¡ay de mí! estaba en él , y aun to- maba la. sacrosanta Hostia consagrada con menos reve- rencia , que un seglar tiene un velo de caliz enla ma- no. ¿Los: Doétores inculcan la atencion , que debemos poner' ea lo que obramos , y decimos en la Santa Misa: y yo; inconsiderado Sacerdote , aun no atendía , ni re- paraba lo que recibia , quando comulgaba. Los Cano- nes me advierten , que el Sacrificio de la Misa es el centro de nuestra Religion, y que , para que esta Re- ligion- se sensibilice , debe ser: tan puntual la observan- cia de las santas Ceremonias , que no puede: haber omiz sion de alguna , que no sea culpa , si una inadverten= cia inculpable no la escusa : ¡y yo unas omitía , otras atropellaba , y otras hacia sin tiempo. , ¡sin concierto, sin- gravedad! ¡E BOR 11 En lo interior de mi alma obraba *, aun mas desconcertado : porque el entendimiento , obscarecido con las nieblas de la vanidad ,. y la sensualidad ,; no entendia , ni penetraba mas los altos Mysterios de ' la Misa, que si fuera un animal rudo. La voluntad ,'ape- gada á la hacienda , a las amistades :, y aficiones de la tierra , aun no podia dexar levantar el corazon al Cielo , quando decia : Sursum corda. La «memoria, preocupada de las tumultuadas especies de mis inutiles ocupaciones, aun no se acordaba de el mismo Hijo de el Eterno Padre , que actualmente le! estaba presentando en la sagrada Ara: y asi sacrificaba sin piedad ,'sin temor, sin reverencia , sin religion. ¡Oh , confusion míal ¿Dónde .tendria yo la Fé , quando asi vbraba-la accion mas sagrada de la Religion? ¡Ay sacrificios! ay Misas, tan mal dichas , por este indignisimo Ministro! 12 ¡Oh , Dios mio , qué indulgente! ¡qué b. nigno! Iqué paciente habeis sido con este Sacerdote indigno! I ¡oh,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz