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sus palabras sean examinadas , y castas , animadas de un zelo suave y dulce, amoroso, y llenas de respeto», co- mo para hablar:á los Maestros y y guias de el Christia- no Pueblo , a quienes amo , y venero como 4 mis Seño= res, en conformidad de lo que en su Testamento me or- dena mi Padre San Francisco : todavia no puedo escu- sar el expresar en mis: discurros , aunque sea hablando en general , algunos defeétos de varios particulares Ecle- siasticos:, que olvidados de su vocación, y de la santi- dad propria de su estado , caminan por los caminos an= chos de la perdicion , escandalizando-con su conducta a los pequeños , a quienes consiguientemente corrijo, con mas, Ó menos vehemencia varias. veces y aunque siem- pre sin herir á nadie. No obstante estas razones , que me han-tenido inde- ciso muchos años , insisten los insinuados amigos , aun despues de ponderarlas seriamente , reviendo mis qua- dernos para ello con la mas escrupulosa exaétitud , en que privo al Venerable Cleró en no:estamparlas:de una Obra cuyo uso puede serle de mucha utilidad , por unos temores panicos y, que no:contemplan hijos de la caridad, sino sugeridos de otro espiritu, a fin de impedirla,, privan- do tambien á Dios de la gloria que tendria en ellaz me- diante que en todos mis discursos no se hallan ma: ifies- tos defeétos:de algun Eclesiastico , que no esten óbvios, y sean notorios a quantos Legos leyeren estos Exercicios por acaso , 0 por curiosidad. Que por tanto no puede ser- les motivo de escandalo el leerlos', 4 quienes se les estan (digamoslo asi) metiendo por los ojos. Antes , añaden, sería mas razon de escandalo notarlos como tolerados en el hecho mismo de no reprehenderlos , que leerlos aqui modestamente corregidos , sin herir a los virtuosos con las prudentes y y oportunas reprehensiones que doy á los S4 que»