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88 DíA SEGUNDO , efeéto hacemos los Religiosos, y los Clerigos', ('por lo menos ordenados in Sacris ) tenemos “obligacion A caminar á la perfeccion , procurando positivamente al= canzarla por los respeétivos medios, que abrazamos voluntariamente : en tal manera , que si no lo hacemos, y notablemente dexamos de caminar á nuestra perfec- cion , estamos en estado de condenación , y no somos en las obras verdaderos Eclesiasticos. Al modo que no seria verdadero profesor de alguna ciencia el Estudian- te, que no estudiase , atendiese , ni cuidase de instruir- se en ella , aunque estuviese en la Universidad ; y esto- basta saber para mi intento , y complemento de esta se» gunda parte 5 y sea por precepto general , Ó por parti= cular. TERCERA PARTE. 21 De:esta doétrina general , infiero ya en particu- lar , que están en pecado mortal , lo primero , aque- llos Eclesiasticos , que no solo no tienen positiva inten- cion de procurar esforzarse con la gracia de Diosá con- seguir la perfeccion de el Clericato ; sino. que atediados con el estado , ú con la fragosidad de el camino de la viriud , se resuelven positivamente á no subir á. ella. Esta ilacion es evidente: +: 22 Lo segundo : aquellos , que, aunque tienen re- solucion de-guardar los votos , y obligaciones graves:de su estado; tienen expresa voluntad de no guardar los consejos, y obligaciones leves y 9 parte muy notable: de ellos , diciendo, por exemplo : yo quiero ser buen Clerigo , y no pecar nunca: mortalmente z pero no quie=, ro: ceñirme á los consejos, que se incluyen en las obli= gaciones leves de el Clericato : como son las disposicio=- nes Conciliares; Synodales, Estatutos , ú Ordenacionés $ de
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