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cio , Infierno, 8tc.que para todo Exercitante prescri- ben comunmente los libros' que tratan de Exercicios: porque aunque estas verdades reflexionadas seriamente, son mas poderosas á despertar un pecador aletargado en la culpa , y sumergido en vicios; como no contem= plo, ni puede contemplar alguno sin temeridad , en tal estado a los Eclesiasticos , que pordevoción se ré= tiran á unos Exercicios con fin de estimularse á camiz nar a la elevada perfeccion del Clericato : tengo por mas oportunas A tales Egercitantes., y al fin de su re- tiro unas meditaciones practicas:, en que profundamen- te cargue la consideracion sobre las particutares obli= gaciones de su estado y hasta apurar con la Divina luz quáles sean : cómo les obligan: en qué forma deben llenar su cumplimiento::; cómo se han portado en lo pa- sado acerca de ellas: cómo les «conviene obrar en ade- lante: porqué medios han de reparar los daños incut= ridos con' las faltas: y ultimamente , evitar en ló faz turo cometerlas , viviendo pia , sóbria , y santamente hasta llegar a la cumbre de la perfeccion. Este ha sido ¿ Venerables: Padres; el motivo de es. ta Obra:, trabajada con solo: el designio de hacer de ella el insinuado uso en da continuacion de mis Misio- nes. Pero habiendola leído con reflexion algunos ami- gos Eclesiasticos , doétos , y espirituales , han sido de sentir conviene a dagloria de Dios, y utilidad de el Clero , se dé al público, sia'limitarla al poco uso que mis ocupaciones me pueden permitir hacer de ella, pues asi , no solo servirá a otros Misioneros , que «quieran valerse de ella para dar Exercicios a la Santa Clere- cia en la forma que praético yo, y para tomar de-ella motivo de adelantar mis discursos con mayor-erudicion, y mas espiritu; sino tambien para que los Eclesiasticos 3 que