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D8 CARTAS DEL Beato DreG0 crueldad, que con espeda en mano le amenazaban alzado el brazo y con grandes gritos; y también mu- chas fieras espantosas en ademán de embestirle: me pareció significarse en esto la oposición de las eria- turas y la fuerza de las tentaciones que había de sufrir. Baste ya, P. mío, de cansar á V. con estas historias ó cuentos. (1) Estas señoras se ofrecen á V. de todas veras y le piden sus oraciones y su bendición «:., ahora tienen un escaso alivio. Me alegraré logre V. salud y mi hermana á quien como á mi venerado P. Abuelo me ofrezco. Soy de corazón de V., cuya bendición espero y sus oraciones, mientras ruego á Nuestro Señor guarde su vida muchos años en su santo amor y gracia. De V, afectísimo menor hijo Q. 5. P. B. CADIZ. F E-MGE Ronda 10 de Septiembre del 84. Amadísimo y venerado P. mio en el Señor: és- te sea siempre con nosotros. Recibo la muy apreciable de V. del 2 del co. rriente y porla adjunta (1) verá lo que me dice mi (1) Aquí concluye el Beato Diego la relación de su vida íntima. Lástima que el P. Alcober no lo hubiera obligado á decir más minuciosamente las muchas y singulares gracias que recibió de Dios, para gloria suya, honor-de su siervo es. cogido y provecho nuestro. Lástima repetimos, porque como el mismo Beato lo indica, oculta muchas cosas que él llama minuciosidades 6 pequeñeces y lo serán en realidad, compara- das con otras mayores pero d nosotros nos hubieran pare cido muy hermosas, porque no juzgamos de poco valor lo que es oro purisimo. 2) Se refiere ala carta que verá el lector en el Apén dice,

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