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48 CARTAS DEL BEATOo DrEGO do su asistencia, y se ofreció á la imaginación un campo cuya mitad era de eriazo, y éste inmenso, y la otra mitad se dividía en dos partes; la una pobla- da de un trigo verde, hermoso y fresco, y la otra muy labrada la tierra, húmeda la superficie, pero sin tener semilla alguna; á estas dos partes labra- das, rodeaba por las tres fachadas(1), una cordillera de sierras elevadas, cubiertas de espesas nubes que arrojaban una lluvia tan copiosa sobre las sierras, que bastaba á formar un furioso río quecon ímpetu precipitado, cenagoso y horrible, corría por entre las dos dichas partes labradas; sin tocar ó lastimar á unas ni á otras, y venía derecho á mí que estaba solo en el eriazo mirando lo que sucedía; pero al acercarse ya, ví abierta una sima profunda y ancha que llegaba hasta el abismo, donde descendía toda aquella inmensidad de agua, lo que me causó nota- ble admiración y fué motivo para que alabase á Dios. Jamás he entendido el significado de esto, ni lo he procurado porque fuí reprendido por mi difunto P. González. Me repito á la obediencia de V.: estas dos seño- ras siguen muy quebrantadas de salud, de modo que me dan cuidado, especialmente la enferma que escribió á V.; le dun sus expresiones, y yo mi cora- zón con el que pido á Dios me guarde su vida mu- chos años en su santo amor y gracia. De V. su más humilde y afectísimo siervo en el Señor Q,. S. P. B, Fr. Dreco JosÉ DE CÁDIZ. + $: Mix 3, Ronda 27 de Agosto de 84. Amadísimo y venerado P. mío en el Señor: éste 1) En el original dice: fachas. Seguramente el Beato quiso escribir fachadas,