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Año 1784 47 sado, la sigo en estos dichos días, ¿suspendiendo lo demás por el tierupo de los baños como V. dispone. Las horas de oración las tengo cuando el tiempo se proporciona, que ahora suele ser la una por la tarde, porque es distinta la distribución que en el Convento, pero me arreglo á lo ordenado por V., y le daré la cuenta que me manda. ¡Ojalá sepa yo aprovecharme de sus instrucciones! La M. Isabel, la dominica de aquí recibió la de usted y- con ella un horror á su amor propio tan grave, que sus ojos no se enjugan en su contrista- ción extremada, y su miedo á estas cosas extrañas de que dió á V. noticia. Llora sin consuelo el haber sido engañada y en esta humillación experimenta interior serenidad y dilatación, con otros buenos efectos de esta especie No dije á V. su genio y natural por mi falta de reflexión. Es de un genio vivo: pero juicioso y muy arregl: ido, sin exceso ni defecto notable; hace de él un uso laudable y prude nte, Su humor y natural es en los mismos términos arreglado; no es adusto ni AO pero tampoco suelto, es en todo esto come- dida, y hace de su talento un ejercicio ó empleo re- e ORARbla. De Madrid me avisan que el Ilustrísimo P. confe- sor ha Cno QUE AN pss lo al Rey y á la señora In- fanta D,* Muría Josefa y nadie más; y se ha separa- do de entender en más asuntos. Dios nos conceda un buen sucesor, para el sucesor de la Corona Tengo hecha instancia á Sevilla por la copia de la carta consabida, luego que venga la remitiré De mis cosas pasadas ¿qué diré? Vaya solo esto. Cuando llegué ¿esa para la misión que hice en ella, estando una tarde antes de empezarla, pensando en algo de esto, me arrimé á una pintura de la Purísi- ma Concepción y puse á sus piés mi cabeza, pidien-