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Año 1800 543 porque estoy convencido de que mi predicación de- be ser como toda de Dios llamas y saetas: Verbum ¿psius quasi jacula ardebat, para lo cual me es nece- sario un corazón inflamado, quasi ignis; y que ha- llándome distantísimo de esto, soy responsable de las almas que dejan por esta causa de convertirse. Mucho me aflige este conocimiento; mas no es tanto como debe. Dios me mire con misericordia. La carta que Y. me incluía de la Sra. Abadesa, se me ha traspapelado en tales términos, que no han bastado mis repetidas diligencias para hallarla; no obstante, le respondo, pero sin poner su nombre porque de él no puedo acordarme Deseo á V. la más cumplida salud y toda felici- dad. Harto me duele lo que me dice ahora de ella, y yo ignoraba de su imposibilidad de montar á caba- llo y salir ni una legua de Granada, Esto nuiere de cir que somos ya viejos y que no podemos disimu- larlo. Diga V. miles cosas á mi venerado abuelo y bendita hermana, pidiéndole sus oraciones. Me repito de corazón á la obediencia de V. con estas sus nietas; le pido su santa bendición y sus oraciones y ruego á Ntro. Señor me guarde su vida muchos años en su divino amor y gracia, como lo apetece su afectísimo menor hijo y siervo en Nues- tro Sr. Jesucristo Q. $. P. B. Fr. Dreco José DE CADIZ. MiP. y Sr. D. Juan José Alcover. 1 J. Mr J. Ronda 14 de Octubre del 1800. Amadísimo y venerado P. mío en el Señor: éste sea siempre con nosotros. Después de mi última no he podido escribir á