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Año 1799 513 La eficacia de las súplicas, la urgencia y grave- dad de las necesidades que exponen los Tlmos., sus Cabildos. Ayuntamientos, «e. que piden, no es posi- ble que pueda yo manifestárselos á V.: pero ya por lo mismo que V. me dice en esto y que el prelado me repite, y ya porque cada caso de estos se me figu- ra ser el Macedonio que apareció á S. Pablo pidién- dole fuese allá, se me propone que debo no negarme. No me niegue V., P. mío, que para esto y para otros asuntos es un gravísimo obstáculo la distancia que precisamente nos separa, esta me parece que pudiera disculparme en todos ó en los más de las casos en que V. me culpa de omiso, por mi verda- dera imposibilidad para lo contrario, y. g. Los pape les que salen á luz en la imprenta. Yo mismo pro- puse á V. mi deseo, y V. con tanta eficacia como justicia me persuadió que sin verlos antes, no se diesen á la prensa. Pero ¿si carezco de arbitrios para remitirlos; y alguna rarísima proporción que se pre- senta es fuera de tiempo éimprevista, qué me hago? Esto es lo que llamo en V. desconfianza hacia mí, porque me culpa de lo que no puedo remediar por más que quiera. Consiguiente á ella desaprneba us- ted mi espontánea delación al santo Tribunal. El caso fué que avisándome un religioso de Cataluña, que otro muy sabio había notado en un sermón im- preso una proposición casi idéntica á otra de Pela. gio, busqué la materia en los Stos. PP. y en los teó- logos, y encontré ser así. Juzgué necesario Jo que hice por prevenir que otro se adelantase, lo comu- niqué al confesor que aquí tengo, hombre anciano, práctico y de mucha literatura, y con su aprobación envié mi retractación que llenaba tres pliegos y medio. Su gran volumen y el medio de su tardan- za, me detuvo en remitirlos á un P. Prebendado do-

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