BCCPAM000535-7-25000000000000
30 CARTAS DEL BeEATO DiEGO Ñ en saber lo que de ella piensa. No digo más, sino que no lo haría yo así con V. Vamos á mis cosas, á ver si puedo ser menos tonto que hasta aquí. En la tormenta pasada quiso Dios me acordase al fin del cilicio que V. me dió, me lo puse y en breves instantes se apaciguó. Dios sea bendito; des- pués ha habido algo pero poco; procuraré usarlo los ratos que V. dispone; aunque por el no uso (en esta estación; se me olvida. Mi edad es de 41 años cum. plidos el día 30 de Marzo; el tabardillo que tuve en Sevilla paréceme fué el año 76 por el mes de Mayo. El ministerio lo empecé luego que acabé los estu- dios, no me acuerdo en que año; péro fué predicar en la vlaza los domigos en la tarde. El tesón de las misiones ha sido de más y menos; el que ahora sigo sin cesar habrá de nueve á diez años. Lo cierto de todo lo iré diciendo según vaya dando cuenta segui- da de lo que me parece debo y Y. espera. (1) Mi vocación á la religión fué á los 13 años de edad y sucedió así. Viviendo mis padres (que de Dios gocen) en Ubrique, fuí un dia á oir misa á nuestro convento en ocasión que cantaban Prima; y al en- trar en la Iglesia me pareció la música tan suave. que me sacó de mí y l:enó de espiritual júbilo cual si Oyese un coro de Angeles, No tenía yo amor al es- tado y menos á los Capuchinos; pero poco después se encendió en mi corazón un amor tan extremado, y vehemente á la religión que me traía fuera de mí, lleno de una indecible suavidad de espíritu, que me hacía ansiar vivir en ella para observar sus leyes, y Ser un santo muy grande; fué consiguiente á esto (1) Tanto esta carta, como las siguientes son de gran in- terés para conocer de verdad y á fondo la vida: interior del Beato. Enamora la forma candorosa con que cuenta su vida, se despreciable á sus propios ojos, como agradable á los de 108.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz