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Año 1795 421 Con suma prisa escribo ésta, porque se han jun- tado muchas cosas. Reflexionando mi viaje á Cádiz, por este malecillo del humor hernioso, le hallo mu- chas espinas. Veo también á diferentes religiosos con el mismo achaque, y que sin hacer caso de él, predican y trabajan. Veo que la operación me la proponen con incertidumbre en su efecto, y veo que me sirve de algún atraso este viaje y que al- gunos de la religión me disuaden del intento. Dí- game V. si he de ir á Cádiz ó no, para que obede- ciendo á Dios en V., obre con seguridad y sin temo- res. De resulta de haber predicado aquí un sermón por empeño de uno de estos Jueces, me ha impues- to mi P. Provincial un precepto formal de obe- diencia para no predicar. Y añade me niegue á los Ilmos. de Guadix y de Cádiz si me escribieren. Con esto me es imposible tener el gusto de servir á mi hermana. Estoy interiormente avergonzado de que las gen- tes lean la vida del Ven. de Córdoba ó sus primeros capítulos por lo que tiexien de paja. No sé cómo expresar á V. el agradecimiento que tiene mi alma á lo que V. me dice de esto. No puedo más. Mande V. á éste su mal hijo, dé- me V. su bendición y sus oraciones mientras ruego á Ntro. Señor me guarde su vida muchos años, en su santo amor y gracia. De V. su afectísimo menor hijo y siervo. que más en Ntro. Señor Jesucristo lo ama y $. P. B. Fr. Dreco José DE CÁDIZ. Mil cosas á mi venerando abuelo y bendita her- mana. Mi P. y Sr. D. Juan José Alcover .