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[Y Í- para mí tales cargos, como motivos ciertos de mi condenación: hiízome algunos otros cargos, y le satisficé como pude, rindiéndome y sujetándomeá todo, como debía. Este Padre, más que el Padre Provincial insiste en que trate de mi total recogi- miento en un Convento, y que allí predique en las Plazas, confiese, etc., y me deje de viajes. El Pa- dre Provincial quiere esto, mas dice no puede ne- garse á los sugetos que claman; y así últimamente resuelve que en llegandoel mes de Mayo, me ven- ga á Málaga y permanezca en retiro cuatro ó cin- co meses, para reparar las quiebras de lo que he gastado en las Misiones. Este año saldré á principio de Setiembre para Cabra, á una Novena que he trabajado mucho por escusarla, tanto que el Padre Provincial anterior llegó á decirme—eran bellos pretextos para no ha- cerla.—De «llí iré á Ronda á otra; luego á Carmona á otra Novena, la que tampoco he podido escusar con mis descargos: luego pasaré á esaóá Granada cuyo Arzobispo, me dijo antier el Padre Provin- cial, quiere y pide vaya de Misión allí. Esto es lo que tengo encomendado por el Padre. Yo hago ánimo de, viniendo Mayo, retirarme y pedir me concedan uno, dos ó tres años para el estudio, y para lo que usted me. manda: usted: me dirá que debo hacer en esto, y si hago mal en condescen- der, no obstante la orden de usted y mi vehemen- tísima inclinación al retiro y estudio. Veo es ine- vitable predicar, á no valerse Dios de quitarme la salud, Ó tomar otro medio semejante; mas con todo deseo el dictámen de usted para librarme de mí mismo. Agradezco á usted, Padre mío, el permiso y orden para renunciar las Prelacías, y crea usted