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AN + J.M. y ] Málaga 19 de Agosto de 1777. Amadísimo Abuelo y venerado Padre mío en el Señor: El nos de su gracia, para que le sir- vamos. Llegó la de usted que esperaba con ansia, y la recibí con el aprecio que no es fácil expresarle; la abrí, y entre el susto de alguna sentencia merecida ó correspondiente á mis culpas, y el gozo que me esperanzaba y prometía la interior quietud y sosiego de mi espíritu,no me atreví á leerla hasta vermeen la presencia del Señor Sacramentado, como para que me fuese de padrino, el que debiera yo mirar como Juez; mas yono sé que es esto, que allí me fuí á am- pararme donde debía temer. Al fin, puesto en su presencia, leí la de usted, siendo cada cláusula una inundación de gozo y consolación, que llegaba has- ta anudarme la respirac ión: y siendo así que ocu- pado en esto casi no entendía las cláusulas, no sé qué traían en sí, que no podía contener el gozo: la acabé ó hice que la acababa,y sin saber qué hacer, lleno de confusión dí brevemente gracias al Señor, y me ofrecí á cuanto de mí quisiese disponer. Ben- dita sea su bondad, que así sabe atemperarse á mi miseria, y consolar á los que en él esperan! Pero cuándo no fué así? ¡Oh si yo supiese agradecérselo como lo tengo experimentado! Pero soy el que soy, la misma iniquidad y miseria. Dios tenga misericordia de mí y le premie á us- ted la excesiva caridad con que me trata, en la que