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Pr, mas no quisiera haber dado, ni dar motivo á tan fuertes permisiones. Por último, amado Padre y único aliento de este infeliz Lázaro corrompido y abismo de toda iniquidad; su carta de usted causó en mí los efectos de rendimiento, resignación, etc. que me parece he experimentado siempre, y en de- bido cumplimiento de lo que me ordena, hoy mis- mo salgo de ésta para el de Antequeraá dar satis- facción á mi Padre Lector, y ponerme en sus ma- nos paro lo que guste hacer de mí; de su respues- ta avisaré á usted lo más pronto que pueda. A. N. P. Provincial no he escrito, porque se ha- lla en este Convento y antes de llegar la de usted ya le había hablado, y en fuerza de una severa, aun- que suave corrección que me dió, le pedí me per- donase y dispusiese de mi retiro lo que quisiese, bien que le rogué no me diese cargo de Prelacías. No obstante, hoy vuelvo á presentarme, según us- ted me lo manda, y avisaré de todo: Ayer nolo hi- ce por estar fuera del Convento todo el día, predi- cando de mi P. santo Domingo en un Convento desus Monjas. Crea usted que, si el asunto tuviese remedio, me ofrecería, y que sé yo si aun pediría con instancia la Maestría, para satisfacer por mi culpa y remediar los escándalos causados en su re- nuncia; mas ya está otro.nombrado, y no hay cos- tumbre de señalar segundo. Veo, Padre mío, con cuanta razón reprende us- ted ásesta furia infernal de mi amor propio siempre partidario en todas mis obras, cuando no dueño to- tal de ellas; mas debo manifestar á usted lo mismo que me sucede, pues sé y conozco no se le ocultan aun los senos de mi interior, para que así no pue- da yo engañarlo. Digo pues, que de algunos días á esta parte he advertido mi interior en una más que