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aseguró á cinco ó más de sus hijos espirituales que mi ve- nida era para auxiliarlo en su muerte y para dejarlo en- terrado; y reconviviéndole uno de estos de que siempre hablaba de las cosas de su muerte y que tal vez no sería lo que pensaba, le respondió: No tengo duda, pues hace días le pidoá Dios se halle á mi cabecera, cuando llegue mi muerte, y el Señor me lo tiene concedido. T.legué aquí, como sabeis, el día 23 de Febrero; y cuando. pasé a darle noticia de ello, de -spués de recibirme con la singular benevolencia, que acostumbraba, me di- jo: Fr. Diego mío, (yo le debía la caridad de que me trata- se con esta religiosa confianza.) Dios te ha treído en esta ocasión á Sevilla para que me asistas y te halles en mi muerte. Ya habeis visto que de esta predicción á su falle- cimiento sólo se pasarón cinco días; y que así de esta pro- fecía como de las otras podemos decir lo que de Samuel la divina Escritura: Non cecidit ex omnibus verbis ejus .. etc. No cayó en tierra ni dejó de verificarse una sola cosa de cuantas predijo, por donde conoció todo el pueblo que era fiel profeta del Señor.» En la misma oráción fúnebre diceel BealoDiego que el P González seapareció á una hija espiritual suya (tal vezla M. Zayas) y le dijo estas palabras: Dios fué en todo en to do! liberalísimo conmigo Y.luego añade que en otra oca- sión «acabando de comulgar se le representó vestido con estola de gloria, lleno de “luz, hermosura y claridad, su- mergida su alma en elinmenso piélago de la visión clara de Dios, y anegada en el torrente de sus eternas dulzuras. Le manifestó los altos premios y grande gloria que ya go- zaba por sus virtudes, por sus trabajos y por la perfec- ción con que procuró desempeñar sus empleos de predi- cador, de confesor y de maestro: la exhortó á que diese al Señor las debidas gracias por la inmensa gloria que le ha- bía concedido, y la persuadió á que, acordándose de lo que en vida le había enseñado, se resolviese á padecer ahora por Dios hecha an que la vida es para obrar y padecer por el Amado y la eternidad para gozarle » Bien se velo parecido que es esto á lo que se cuenta de San Pedro Alcántaray Sta. Teresa de Jesús, recién muerto el primero. * De buena gana, sí no fuera tan larga, insertariamos aquí toda la oración fúnebre, una de las mejores que €s- AAA

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