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) ; Ti , hr yA / ds a e to ha tenido; luego no $ rra ] 21 amado como debe dá Dios. La santa diferencia sabe usted cuanto , J dalado para predicar be cuantoen las Mision ferir la universal acep. dicado? ¿De qué causa S y y y ESE z Le eds J SS A má y bras? Yo no reconozco otra, que la sant diferencia con que olvuid ido de , e (le) 2d ; someti lo G cuan- lo en nombre de Dios le hz dich: porque el Señor nunca desampara d los que con vilo e arrojan á sus dispo- siciones, y solicitan solo su honra. ¿L 1 ha tenido sold ahora? ¿Se ha dejado conducir de ella? Cuando juzga que no es para esto, y que es para lo otro, que en esto sirve á Dios y que en lo otro no le azradará, ¿está in- diferente? Lo estará yu pa á estar, sí se rinde, á lo que des- pué s de mo Ly refle. vionado y roza: lo al Señor le orde- 10, Cre yendo de s dl na intencióny docilidad que lo ha- rá, prote stándole delante del Señor, que á ello solo me mueve el mucho amor que le tengo y la luz que el Se- ñor mismo se sirve darme, para que vea esta mota que le desagrada en un alma, que ha querido por su bondad preservar de otras muchas. Ya, Nieto mío, está su cora- zón insensible X sutilmente asido al trato espiritual de criaturas: ya la Misión engrie, y los trabajos de ella agradan, y por lo mismo ya es tiempo de dejarlos, has- ta que el corazón se acrisole, y purifique; á esto llama Dios ahora, y movió á los Prelados á darle ocupación que lo alejase por algún tiempo de las Misiones. Y si yo lo fuera de usted, que quisiera qque no, lo tragera aquí y lemandara, que ni predicara, ni confesara, ni se de- Jara consultar de los muchisimos que á porfía lo ocupa- rían, dando á tods una respuesta seria. « Yo he vent- do á cuidar de mí, y á cesar de cuidados ajenos. Pregun-