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— 656 — y mandan, pero no te guiero ni deseo en particulares sermones, aunque en ellos no pierdas el tiempo predican- docomo te se dá; sino en misiones donde sueltes las doc- trinas con extensión, manifestando la importancia de la fé y religión, que se trata por lo regular con indiferencia, y de aquí la relajación pasmosa de los pueblos de la Nación. ¿No'sabes á qué te vuelve el Señor á Castilla la Vieja? Haz por acaudalar pureza de intención, indife- rencia y resignación y déjate tr á donde te lleven, siempre preparado á hacer lo que te ordenen tus Prelados respec- tivos, y no temas nada de los que quieran contener tu celo, siempre que éste sea dirigido por la prudencia y ra- zón; pues á ninguno ofenderás en lo que digas, si dices lo que el Señor te inspire. En parte me alegro que ahí esperes, porque la mi- sión se detenga, pues así tendrás algún alivio y con él irás más fuerte para la campaña á que vas á C astilla, y parece que allí son grandes los frios. Abrígate y anda con cuidado, que no es justo seas poco cuidadoso de la salud queno es tuya. ¡ Cuánto me alegro que hayan cal- mado esos estímulos! Bendito sea Dios! Laqueus con- tritus est, et nos liberati sumus. Adjutorium nos- trum in nómine Domine. Seamos, Fr. Diego mío, agradecidos! Sa te dejas poseer de la disipación del . interior, por entregarte todo á lo mucho que te ocupa, y tu genio (como el mio) te arrastra á dar gusto á todos, no dudo estarás sen tiempo para frecuentar los pues de Jesucristo en re- tiro y reflexión; pero aunque tu ministerio te llama á ese trato y debes atender al bien de los que le necesitan, no tan absolutamente que te descuides de tí, y no te esfuerces á tratar á solas con el que te quiere dar luz, ayudar y enseñar lo que en el trato de los que te ocupan debes ha- cer: Fr. Diego mío, tu corazón es todo de Dios y serás

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