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— 652 — grado entre en aquel convento. Su Majestad per- feccione esta su obra. Prediqué también en la fies- ta de mi P. San Francisco á las comunidades y propuse por asunto el santo temor de Dios para llamar la atención detodosá reflexionar sobre las tormentas que se estaban experimentando, sus es- tragos, etc.: á lo que me sentí interiormente movido y en su actualidad con bastante fervor y esfuerzo; como en el que prediqué á:mi hermano, que fué sobre la grandeza del sacrificio de la misa y apre- ció que debe hacerse del sacerdocio. La misión de aquí se retarda el principiarla más de lo que yo quisiera, porque el Sr. Vicario quiere concurran los eclesiásticos y gran parte de estos van ahora á Málaga á las oposiciones de varios be- neficios que están vacantes en esta Iglesia; mas yo insto por su brevedad para poder concluir la de Archidona antes de Navidad: no sé en qué queda- remos. Con esto me hallo en la necesidad que us- ted sabe; pero bendito Dios, me hallo notablemen- te aliviado de mi miseria, de modo que no experi- mento la indecible zozobra que antes. Creo lo de- bo después de usted á las oraciones de la Madre Zayas, á quien con particular eficacia hice se em- peñase con Dios por esto, y me aseguró se reme- diaria; no obstante conozco no debo fiarme, pues veo temo ahora no menos que antes. Usted, Padre de mi alma, no me abandone para con Dios, que en sus sacrificios, oraciones y bendiciones, esperanzo mi permanencia. Mi interior sigue disipado y con muy. escasa aplicación al: trato interior con Dios; repugnante al trabajo y muy dado á estas cosas que me cer- can, cartas, papeles, etc., de modo que insensi- blemente me tienen exteriorizado y casino hallo