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— 626.- solo la proporción es la que me falta para caer en mil pecados, y me parece que si la hubiese. sería el más desenfrenado; esto no es más que exponer- lo á usted como material y realmente me sucede, El alma conoce la necesidad que tiene de su re- medio, y solo con un deseo especulativo lo ape- tece y lo pide. Repito, Padre mio, que no puedo dar á entender la infeliz situación en que me ha- llo: yo me persuado ó me temo si será aquel terri- blé castigo que sigue á la porfiada resistencia que hace un alma á la gracia conque Dios repetidas veces la llama; veo que es justo, pero aun esto me deja en una tan notable insensibilidad ó viciosa in - diferencia, que sin moverme me llama bastante la atención. Justo es Dios y rectos son sus juicios; haga en mí su santísima voluntad. Si no tenemos orden en contra, pensamos salir el dia citado para Alcalá de Henares; de allí á Za- mora y Toro, y dudamos si nos harán llegar á Se- govia y á Salamanca, para tener una semana de misión en cada parte. De todo avisaré á usted co- mo pueda; mas ahora no me responda usted, hasta saber lo cierto de mi destino. Siento que su salud de usted se halle tan quebrantada; su Majestad nos oiga y conceda, si conviene, lo que le pedimos; yo sigo sin especial quebranto, aunque la cabeza se queja mucho de incendíos continuos, etc. Siempre soy de usted, lo es mi alma y mi corazón, aunque más insensible que un muerto; mande usted lo que quiera, y pida á Dios, por quien sin cesar le ruega me guarde á usted muchos años en su santo amor y gracia, como lo. desea este de usted su menor y más afmo. hijo que en Dios lo ama y S. P- B. Se. Diego 3. de Cádiz.