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= 625 — á oirme cuantos más podían,aún siendo á la hora in- cómoda de las 4 de la tarde, en que para estar con tiempo, necesitaban tal vez irse desdela mesa á la Iglesia. Ignoro en lo que esto vendrá á parar: sí sé, que viendo no me detengo aquí y las dificultades que hallan para que las oiga, piensan algunas de estas señoras pasar á Alcalá de Henares, donde voy á tener ocho días de misión, para lo que hace- mos animo de salir de aquí el 24 ó 25 del corriente. De lo demás nada puedo decir á pod sobre si nos detendremos, ó si de órden del Rey N. $S., pasare- mos á otra parte; pues, aunque ya está aquí, no le hemos aun B. L.M. ni á las personas reales: de con- siguiente nada tenemos de la Princesa Ntra. Seño- ra. Elembajador de Rusia no ha parecido, aunque está aquí;Dios lo asista y haga suyo: la otra Señora que dije á usted el año pasado, sigue á pasos largos el camino de la perfección cristiana, etc. No he predicado á los Tribunales,ni al Clero, nilo he so- licitado, porque creo no debo hacer más de lo que me manden para poder hablar con libertad religio- sa; el Señor haga en mí su santísima voluntad. Mi interior, Padre mio, ha estado y sigue di- sipadísimo, lleno de tibieza, omisiones y faltas; no sé como no me abandona el Señor, Óó no acaba conmigo. La oración es distraidisima, me grava siempre el sueño, me arrastra la desidia, caimien- to y desgano: nada hago de actos de virtud inte- rior ni exteriormente: tengo infinitas faltas en cuanto hago, y todo yo soy una pura miseria y un abismo de maldad. No acierto á explicar lo que soy, porque dominado de mis pasiones no encuen- tro una sola respiración sin defecto: tanto las he dejado señorearse de mí, que ni aun deseo sensi- ble tengo de mi reforma ó remedio: conozco que