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— 619 — Sevilla Marzo 19 de 1793. J, M. y J. Sean en tu corazón y labios para que amuncies á gloria de Dios y reformación de esa Córte el Santo Evangelio. Amén. Mi amadísimo Fr. Diego: recibí con deseo la tuya de 14 y admiro la misericordia verdaderamente simgu- lar con que Dios te previeney prepara, y la débil fé con que la usas. Sí, sí, ahí te ha llevado el Señor para que le conozcan y se conozcan los que engreídos con el ex- plendor de la Córte, olvidan ó descuidan su conversión y se ignoran, La Santísima Madre de Dios y de ellos es la protectora deesa misión; una y otro te avisa y en- seña lo que debes esperar; y cuando llega el caso de obrar, caes de ánimo, te ríndes á sugestiones de tu amor propt0, quieres agradar, sientes que no agradas, se amarga tu interiory desalientas. Ah ruín desconfiado! qué apocamiento es este? Fr. Diego! si Dios en tí y por ti es el misionero de Madrid; si la Madre amabilísima es tu protectora y estáempeñada en los copiosos frutos de la misión, es de tu cargo solo lo material de ella. ¿Qué otra cosa te toca sino unirte internormente á la voluntad del que te envía, acogerte á la Madre que te alienta, irte al público, predicar, exhortár y dejar á cargo del Señor los efectos? Ora, Fr. Diego mío; escóndete, huye, niégate, se- párate en cuanto puedas, pórtate sertamente afable, dulce, afectivo, en tratoy púlpito, pero al mismo tiem- po con circunspección y aprecio del ministerio, y no du- des que nunca lo desempeñas mejor que cuando te pare-

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