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— GÓ:— ces, falto de afectos, etc., que apenas podía hablar. De! mismo modo estuve el día siguiente, bien que para mí quedaba muy recogido, y movido á devoción interior después de haber predicado. A este tiempo me trajeron una de usted de 26 del pasado, que creo incluyó á D. Lorenzo, y sulec- ción me sirvió de repetir con mayor verdad los actos de resignación en la voluntad de Dios, aun- que ésta fuese de que no se lograse el fruto que tan de corazón deseo. Este se avivó bastante, jun- to con el de aceptar en todo, y no separarme un ápice del querer de Dios y de -la observancia de la doctrina que usted me dá y mi alma tanto ape- tece. Sigo enlos mismos términos de interior obscurísima desolación, aunque algo más esforzado en la predicación en la que los actos de contrición son como efectos de la amarga situación en que me hallo: el Señor haga eá mí su santísima volun- tad. He dado principio á tratar de la Fé, su nece- sidad y modo de creer, haciendo presente el gran beneficio que Dios en esto nos ha hecho; pensaba seguir proponiendo sus pecados opuestos y el les- timonia tua credibilia facta sunt nímis; cuando me escribe un amigo, el Sr. Visitador de este AÁrzo- bispado, múde de sistema, porque empieza ya á notarse esto, y que será bien lo reparta en las tres misiones ó semanas que han de hacerse aquí: tomé el consejo, y desde ayer empecé á proponer las obligaciones del cristiano guoad mores por la pro- fesión del bautismo etc. Los concursos son gran- des y de gentes de la primera distinción, Eclesiás- ticos, Grandes, Ministros, Consejeros etc., mas me parece no les llena tanto, como esperaban, por el concepto que tenían formado etc. De esto y lo de-