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> 33 ¡ estaré engañado, ó habré engañado á usted en la cuenta que le he dado de-mi interior, que me aflije sin término; y aunque no turba la paz del corazón, con todo se ha sentado. esto no po :0 en lo vivo del alma. Dios sea servido en todo! Yo me sujeto en todo á lo que usted me diga sobre el arreglo de mi conducta, ó de la vida que llevo, si predicar, ó dejarlo; lo E usted quiera estoy prontísimo á observarlo. Usted es mi Padre y mi seguridad, y en sus preceptos halla mi alma una nueva vida, ó un nuevo sér, que no me es fácil ex- plicar. Vea usted si mi amor propio me oculta mis pecados, si creyendo yo que solo me lleva la gloria de Dios, y el bien de las almas, es lo contrario. A mí me parece que ''si en el día me mandasen no predicar ni tratar con las gentes, etc., que sin violencia alguna obedecería; y áun habrá unos dos ó tres días que sentí interiormente una gran sere- nidad y tranquilidad que me inclinaba, no sólo á resignarme, si también á recibir sin pena esta determinación, si la tomasen los Prelados: Yo na- da quiero hacer por mi propio dictámen: en esta inteligencia usted mande, disponga y determine lo que guste, que yo tengo vinculados mis aciertos en sujetarme á su dictámen. En punto de admitir Prelacías nada digo á usted, pues creo las cono- cerá, como yo, motivo de mi eterna perdición, y así nada puedo, sino huir de ellas por no per- derme. ] En Ronda estuve unos días y ví 4 mi P. Fer- nández, y en este correo he tenido carta suya: está bueno, y sigue su tarea sin novedad especial. La Biznieta se halla fatigadilla de sus males, por eso no escribe á usted; lo hará más adelante, permi- tiéndolo usted: dice diga á usted muchas cosas de . 8