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E, 603 La su bendición y las encomiende á Dios; todas si- guen con sus habituales padeceres. P. Fernández sigue bienen su salud; dice para usted. mil cosas, y sele ofrece de todas veras. ¿Qué diré de mí? Na- da; porque mi alma es toda de usted, así para obe- decerle en cuanto me disponga ó guste, como para desearle la salud y fuerzas de que carece: el Señor se sirva con todo. Empecéá trabajar el sermón de el Sr. San Mi- guel, pero me embargaron tantos asuntos, y más que todo mi ruindad, que sólo he podido formar la primera división de la primera parte; no sé cuando podré continuarlo. A Madrid escribí á D. Lorenzo Zárate, instruyéndole el tenor de la sentencia dada contra usted en ese tribunal, para que hablase á su primo el consejero y en mi nombre al Sr. Con- de de Balazate, para que cuando llegase la apela- ción de usted leyesen con reflexión su represen- tación y alegatos; á lo que me respondió asegurán- dome del favor de los referidos, y de los informes que de por sí había dado. Dios quiera consolar á usted, pues para mí ha sido su aflicción de indeci- ble congoja y angustia de espíritu. No canso más á usted; yo permaneceré aqui hasta fines del mes ó hasta que llegue la respuesta del Ilmo Sr. Confesor. Me repito á la obediencia de usted, y puesto á sus pies le pido su santa bendi- ción con sus oraciones; todas las mías son de us- ted, como que mi pobre alma sin la de usted no vive; y así ruego sin cesará Nuestro Señor me guarde su vida muchos años en su santo amor y gracia. De V. todo en el Señor quien más lo ama y O:P, Bo Se Die2oyo JH.de Cádiz. En estos días pasados han sido ardentísimos O