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—298:>=> Sevilla, Diciembre 4 del 82. T J. M. y J. Sean en nuestras almas, amén. Mi muy estimado hijo Fr. Diego: salí del cuida- do de tu viaje, y me alegro te halles en disposición de recogerte al retiro de los santos Ejercicios, para prepa- rarte á la nueva campaña que te espera; mas no te abandones á lo que pueda atrasar las fuerzas cor- porales, que ya amenazan runa, pero mi tampoco cuen- tes con ellas, sino con las que te serán dadas abundan- temente. Si el médico te ha dispensado para el uso de la carne en el ayuno, cómelx y aluméntate, porque repongas ahora tu caúmiento y te halles nutrido para la cuares- ma. Todo tene su tiempo; cúmplelo humilde, sin olvi- dar la santa mortificación interna, y aplícala con más esmero y mayor desconfianza de tí dá mortificar las afecciones de un corazón que con facilidad se pega á lo que lees amable. Cuidado que entre el amor castamen- te ordenado :«i Dios y al bien del prójimoy el amor sen- sible ó sensual, no'hay muro, sino cortina, que fácul- mente descubre ó descorre la conscupiscencia. Mucho contribuye el genio blando á expresiones y sentimientos de su blandura; pero cuidado que latet angitis sub her- ba, y lo que el genio facilita, lo aprovecha la sensualt- dad y lo consuma la torpeza. Huye «on resolución de todo asumiento á criaturas amables, y obra con cautela en su trato, porque no se engría: en él tu corazón; que millones que se te hubieran dado, serían escaso dón para el que te ha. dado el suyo y quiere que en él