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592 — tradición, persecución y odio del mundo á quien que- sieron y consiguieron 1lustrar y convertir. Déjate co- mo ellos se dejaron á el cuidado y magisterio del que los envió y te enviará á predicar d toda criatura el Santo Evangelio y á enseñarles la observancia de los divinos preceptos. Frecuenta cuanto puedas los pres de Jesucristo, espera en ellos por sus méritos la 1lus- tración de tu espíritu, y cuando hubreres de hablar á los grandes que quieran contradecir la verdad, descuida, no pienses su apología, que otro lo hará por tí. Pelea con fé, resiste con humildad, alienta fu confianza, tolera resignado los asaltos de esas dos inseparables pasiones que reveló contra el espiritu y la razón nuestra primera culpa. Conviene que para que conozcas lo que eres ó lo que serías sin Dios,esperimentes la rebelión, que sujeta- rás, si conocida, te luwmillas, te resignas,oras y detestas. Dios contigo puedes mucho, Me ha penetrado mucho, porque la quise mucho, la muerte de esta señora. Ruega mucho porsu decanso; le ruego unas los luyos a los mios La € asa- Estrada ya cae, ya selevanta, ya convalece, pero siempre débil. La tuya de Jumovino tan expresando la certeza de su próxima muerle, que yo creí moriría primero que la otra.Lo más raroes, que diciendo en ella: presto le llevará á sus gozos el Señor.. ya llama á las puertas, vamos hija á la: posesión de la gloria, etc., 2 ella ni 1). Antonio de Lucas hicieron reflexión sobre esto que d mi me pu- so y traía con mucho cuidado, porque dices que te hallas - movido á decirlo por impulso que no puedes contener. La otra cayendo y levantando, la sobrellevo, porque es humilde y quiere ser buena. Ambas te saludan. Tu sobrina un angelito. Sigue ya esperando su apetecida profesión y esperando como otros muchos tu venida, en cuya esperanza los tiene el E Eusebio, pero no afrmán- dola; sino sospechándola. Sea lo que el Señor disponga y

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