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NOTAS Esta carta es una prueba evidente de como las enfer- medades nos las envía el Señor para -nuestro bien. Qué ejemplo de paciencia, resignación y alegría nos dá el Santo en esta enfermedad! Imitémosle, para sacar fruto de ellas. La paz con que esperaba la muerte, prueba bien la santidad de este varón insigne, y que toda su vida fué una preparación para ella. El habérsele dado por especial protector á 8. Bernar- do, y el cántico que por esta merced entonaron á la Bea. * tísima Trinidad todos los bienaventurados, es de lo más extraordivario que se lee en las vidas de los santos; á pe- sar de lo cual se queja el siervo de Dios de sus miserias y defectos; lo qué nos hace conocer que estos no son in- compatibles con la santidad, cuando no son voluntarios. En esta desea otra vez encargarse el Beato. Diego de lo que deba, al salir de esta vida, su Padre González el, cual contesta agradecido, como verá quien len la si- guiente.