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ct» io — 63 ayudar y con todo mi corazón contribuir á la dilatación y consuelo de usted; porque amo tiernamente su alma,y quiero que ame el bien de la mía, de quien, si le mant- lestara lo que es d los 0]0S del Señor, Se llenaría de es- cándalo. Digo solo que merece la compasión de usted y que se la tenga. Yo la tengo tanto de la suya, (porque la veo caminar por desfiladeros del amor popular, y pro- pia miseria) que frecuentemente la pongo bajo la protec- ción divina, y le ruego la preserve. Famás sirva de es- lorbo para servirse de mi, esté donde estuviere, ¡uzgar- me ocupado, creer que me molesta, ó pensar que pierde el tiempo: y quedemos que siempre, siempre! seré el mismo para usted, porque así lo quiere el Señor que me da esta voluntad. Veo lo que el enemigo seduce á los que, fingiendo que usted conoce el fondo de los corazones, quieren hacer su negocio. Dios les dé luz. La señora de ....... vendrá á tratar conmago.so - bre el plan de vida. El Sr. N. parece piensa lo mismo. La de Villarrubia algo piensa también, aunque no se atreve. Témolas á todas, porque yo me temo y no quiero Señorías, que con dificultad se desnudan del « Yo soy!» Nuestra N. sigue á mi gusto: tiene docilidad y reso- lución. Simi bizuieta necesitare, la favoreceré con mi pobre- sa. Vamos acabando, que ya es razón no molestar más á usted. Solo le digo, que por N.S. Fesucristo le ruego, ruegue por quien es todo, todo de Fr. Diego Abuelo siem- pre afectísimo, É E > y e s o .f Yi. Vianmcioco daviez Gonzales. P. D. Nuestro Fernádez, bueno ya, me escribio... yat ; . o adiós. ¡Qué costará leer ésta! Paciencia! ——HOI0