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46 con la ingenuidad y verdad que acostumbro, que na- da, n: ada de lo que dice la es juela es ciertoen cuanto á lo que es sobrenatural ó toc: aá revelación; y lo de las Capuchinas usted mismo estestigo de su falsedad. Padre mío, ayer llegué aquí y los Señores tam- bién: todos los días que he caminado me ha llovido: pero, bendito Dios! nada ha resultado, ni un leve resfriado. En Ecija prediqué en la parroquia de San- tiago el domingo por la tarde, y en tres conventos de monjas reservadamente, y e -n la Escuela de Ma- ría. En el convento de las monjas mínimas cuando prediqué me encargó la M. Correctora diese á usted memorias y le éncargase la encomiende á Dios. Esta novena de los Señores no sé cuando dará prin- cipio: yo sigo en lo exterior haciendo lo que usted me ordena, y en todo cuidaré no discrepar de sus mandatos, asistiéndome el Señor con su gracia. Doy á usted muchas por la respuesta de su Biznieta la que se llama, sor Josefa Maria Zayas, religiosa del convento de S. Bernardo en Málaga, para si usted quiere disponerle algo, que pueda dirigirle la carta. Mucho me he dilatado, pero mi Padre Abuelo me perdonará: usted no se fatigue por respuesta, pues ya vé que no precisa, y yo sé lo que son ocupaciones. Yo no quiero aumentárselas ni ejerci- tar su paciencia destinada para mayores cosas. Usted Padre de mi alma no me niegue el beneficio de sus oraciones para con Dios; las mias con toda mi voluntad, y cuanto tengo es y son de usted, á quien el Señor me guarde muchos años en su amor y gracia, como se lo pide sin cesar el peor entre los hombre s, su más afectísimo hijo y humilde nieto y siervo en el Señor que S. M. B. Yz. Diego y,

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