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— 20 — de los Superiores, y la del Emmo. Sr. Cardenal Solís, Arzobispo de esta Ciudad, ni se hubiera gra- duado de Doctor en Sagrada Teología, ni hubiera hecho oposición á la cátedra de Prima de dicha fa- cultad en la Universidad hispalense. Le fueron con- feridos los grados el 30 de Abril de 1750, y en 10 de Junio de 1759 le dieron colación canónica de la cátedra ganada por oposición, según consta en el archivo de dicha Universidad. | dienidades; y á no haber intervenido la autoridad IV SU. CIENCIA Colocado en su cátedra, como luz puesta en el candelero, brilló con el resplandor de su doc- trina y de su piedad en muchos y acreditados dis- cípulos. Su aventajada ciencia le dió decoroso lugar entre los examinadores sinodales del Arzo- bispado de Sevilla, y no menos distinguido entre los socios teólogos de la real sociedad de medici- na de Sevilla, la cual lo nombró su consultor y revisor, En todas partes era oído como oráculo, y de su voto se fiaba la decisión de los puntos más árduos. De su profundo saber, y de la alta reputación que había alcanzado por sus letras, podemos juz- gar por lo que dijo de él en su oración fúnebre el B. Diego, cuyas palabras son estas: «La Santa Iglesia ha perdido un fidelísimo ministro que con su vasta erudición y fervoroso espíritu sostenía -—— : 0IO AT,

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