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A ys NOTAS La esquela de que se hace mención en la que prece- de, dice así. J. M. J. Mi venerado P. Maestro Javier González; me parece es preciso, que prevenga usted á nusstro santo Capuchi- no, por si esta pobre mujer, por quien yo he hablado á us- ted, la puede oir, y cuando y á qué hora, porque vive distante, y no tiene mucha proporción; y á mí me envia. rá usted razón por escrito, que pondré yo en mano suya, y le servirá de seña. En viéndonos, hablaremos sobre to- do. El viernes de mañana ha de venir esta buena mujer á sabur la razón. Dios me guarde á usted en su sauto Amor. Amen. B. S.M Fr. José Ortiz Este P. Ortiz fué un santo varón, Carmelita calzado, en cuyas honras fúnebres predicó el mismo Beato Diego un sermón, como suyo. Fué natural de Huelva, donde, nació de la ilustre familia de Ortiz y la Estrella el 19 de Noviembre de 1698. A los 15 años entró en la Orden car- melitana, de la que fué preclaro ornamento los 71 años que vivió en ella, pues murió á la avanzada edad de 86 años, llen> de virtudes y' merecimientos: fué uno de los más santos religiosos de su época grande amigo del P. González, del Beato Diego y de cuántos varones santos y sabios contenía entonces en su seno la preclara Sevilla. El negocio que este P. Ortiz por medio del P. Gonzá- lez encomendó al Beato Diego, parece que lo llevó este á feliz término, por la verdadera conversión y reconcilia- ción del matrimonio mal avenido. Hasta Mayo estuvo el Beato Diego en Sevilla de don- de salió para Málaga á predicar la novena de S. Feliz de Cantalicio, y antes que llegara allá le escribió su Padre la hermosa epístola que sigue.

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