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— I| 05 cis rada por propia manía y celosa pasión de ambos con- sortes, pero dispuesta á la reunión, según dicho Padre me dij0, sí oyéndola usted quiere hacer de mediador, y para esto solicita lo que dice la esquela. La causa es de Dios, y usted es sin merecerlo, su público ministro, recibido con singular aceptación de las gentes, lo cual más que dG otros, (tal vez más celosos del bien de sus prójimos,) lo proporciona á estos nego- cios árduos y muy delicados. Consúltelo usted con 1 Jos, y tome la resolución que le inspire, avisándome para que yo responda. La distancia en qué se halla y la es- tación no proporciona que vaya y venga. Conformémonos y no nos olvidemos. Cuidado que es gravísima mi necesidad y aunque mi hijo Fernández dice, (delirando es verdaderamente humilde) lo que dice, solo de ello es verdad, que los nietos suelen ser, porque lo son, más amados de sus abuelos. Yo sé que como veo á mi meto tan expuesto, y tan obligado al Señor le deseo una profundisima humildad, y un ardentísino amor al que tan á manos llenas lo favorece. Nada nega- rá el Señor, si olvidado enteramente de sí, se deja todo, todo, en los brazos de su amabilisima Providencia. Para que así lo haga y tenga el mérito de la obediencia, se lo manda quien en el mismo lo ama de corazón, y quiere que le corresponda, rogando por su converstón y salvación, (era = . a . D , Yzt. Fiancioco Javier Sonzalez.