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95 NOTAS Esta carta es quiza lamás corta de este preciosísimo epistolario, pero en sustancia es una de las más largas Ella prueba la unión de corazones que había en estos dos siervos de Dios, la unidad de planes y lo identificados que estaban entre sí para los trabajos del ministerio apostó !li- co, de tal suerte que parecían dos cuerpos animados de un solo y mismo espíritu. Que expresiones tan de Padre tiene esta carta del V. Gonzalez! Esta se dirige á saber como va de salud y de ta- reas.... si se siembra en feraz terreno... si el ánimo del sem- brador sigue sostenido de viva fé, etc., etc. Nunca he estado con más cuidado que en esta misión, mi con más frecuencia he clamado al Señor por mi Nieto. Bendiciones, ruegos, de- seos del regreso... etc. no me falta cuidado, y con dos letras del estado en que está V. salgo de él. Ay que abuelo! Ay que Padre! quién me diera á mi uno como él! La frase deseo de su regreso prueba que el Bto. Diego estuvo aquí en Sevilla desde que acabó la novena de Car- mona, hasta que se fué á la misión de Córdoba. Lo que pasó durante esa temporada entre estas dos grandes almas, sábelo Dios; y lo que creció en ella el amor purísimo del santo abuelo á su nieto lo demuestran bastante los térmi- nos de asta breve carta, á lo cual contestó el Beato Diego lo que sigue.